La nueva era,
la de los espacios globalizados, la de los cerebros automáticos y la de las
relaciones virtuales, exige la subsistencia de individuos conectados a la
tecnología, capaces de vencer las barreras que trae el mundo tecnológico y
científico. Necesita sujetos activos, veloces, creativos, investigativos; dispuestos
a enfrentarse a una educación virtual y a una existencia efímera.
El mundo
actual se ha beneficiado de las Tics, las mismas que han permitido al hombre explorar
el mundo en segundos, viajar de manera instantánea y relacionarse con
diferentes culturas, pero a la vez la tecnología ha confabulado con las malas
costumbres del hombres y lo ha incomunicado, aislado y refugiado en el 2cosmos virtual” carente de
relaciones corporales, que lo deshumanizan hasta deformar su personalidad, su
YO.
La tecnología
es buena, siempre que se entienda que el hombre jamás será remplazado por un
elemento sin
carne y sentimientos.